Para empezar muchos os estaréis preguntando que es un patrimonio, pues bueno, el patrimonio es aquel conjunto de bienes que adquirimos heredados de nuestros antepasados, el cual debemos conservar o aumentar, para preservarlo y poder pasarlo de generación en generación. Desde una reliquia familiar a un monumento, el patrimonio puede abarcar diferentes «representantes».

El coliseo romano es un ejemplo arquitectónico de patrimonio

Un ejemplo no arquitectónico de patrimonio son las leyendas de cada pueblo o religión.

Dentro del patrimonio cultural se encuentran los bienes culturales, que son esos monumentos u obras encargadas de dotar de identidad cultural a las diferentes sociedades y poblaciones del mundo. La identidad cultural es aquel conjunto de rasgos intangibles que definen un colectivo (español, marroquí, argentino, etc.). Eso si, que los bienes culturales aporten cierta identidad cultural no quiere decir que sea correcto valorar a estas sociedades por sus bienes culturales, ya que estos son representaciones históricas de grandes hechos, pero no contienen la completa identidad de una nación.

Como ya he dicho antes, los monumentos recogen los grandes eventos de la historia y la historia en sí de las sociedades(con su presencia y singularidad ha condensado los valores de la identidad cultural), por eso, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, la sociedad necesita recuperar o reconstruir los monumentos perdidos o dañados, los cuales representan su cultura y su historia. Es por esta razón surge el bien cultural y su protección (Convención de la Haya, 1954). 

Otra evolución del término bien cultural llegó en el 1972, cuando la UNESCO propone una nueva clasificación de bien cultural, ya que no solo los monumentos representan el patrimonio cultural, también aspectos gastronómicos, agrarios o incluso herramientas.

¡Cualquier cosa a lo que nosotros atribuimos valor cultural tiene una importancia histórica para nuestra sociedad!

Ya habiendo aprendido de nuestros errores pasados, se ha decidido tratar de conservar y proteger a toda costa los bienes culturales, ya que algunos de ellos son una bonita forma de rememorar nuestra historia.

Además, al arquitecto le interesa el patrimonio cultural y los bienes culturales ya que son una fuente de aprendizaje de la historia y de como la arquitectura se ha ido moldeando a las épocas, también es una bonita manera de rememorar grandes figuras históricas y, por último, son una fuente de trabajo. Esto último lo comento ya que los bienes arquitectónicos son los más complicados y costosos de conservar, y los encargados de estas exhaustivas tareas son los arquitecto ya que son conscientes tanto del material, como de la técnica constructiva, como del estilo y de todo lo más apropiado para este proceso.

Por parte de los gobiernos, protegen estos bienes mediante instrumentos legislativos y las pertinentes acciones de intervención.

Instrumentos legislativos

  • ProtegerPro(delante) y tègere(cubrir)») Las acciones jurídicas, las normas administrativas y otros son los encargados de proteger los patrimonios culturales, habiendo así diferentes grados de protección.
  • Inventariar («Inventarium(lista) y Invenire(encontrar)») Se trata de la enumeración y descripción los bienes, para así tener conciencia de todos ellos y que ninguno caiga en el olvido. El inventario es el resultado de enumerar, ubicar y describir los bienes.
  • Catalogar Catalogum(enumerar, lista)») Esta directamente relacionada con el inventario, ya que es la recopilación de todos estos bienes ya estudiados en un catálogo para su protección y su cuidado.

Acciones de intervención

Son medidas que se toman para preservar y velar por el estado de estos bienes tan importantes. Algunas de las acciones que se llevan a cabo son; restaurar, rehabilitar, reconstruir, etc.