Uno de mis mayores temores de cara al futuro es el no saber si seré capaz de ejercer como arquitecto al acabar estos estudios. Además, por si no fuera poco este sufrimiento, queda saber si seré un buen arquitecto, si podré satisfacer a mis clientes, si seré recordado por mis maravillosas e ingeniosas soluciones constructivas o por mis fiascos rotundos o pasaré por este mundillo sin pena ni gloria. Es algo en lo que se que no he de pensar, pero mi mente no puede evitarlo.

Pese a que a ojos de los demás solo se ve el envoltorio de tu vida (si eres alto o bajo, estas en forma o no, te dedicas a una cosa o la otra), a cada año que pasa me va quedando más claro que el proceso mediante lo consigues puede llegar a ser muy bello, no solo por las posibles amistades que puedas hacer, si no también por los conocimientos que adquieres, los cuales te pueden ayudar a conocerte mejor.

Si, ya se que los conocimientos sobre arquitectura son amplios y densos como el mismísimo océano y es prácticamente imposible ser un experto en todos ellos, pero por eso mismo es que esta carrera es la que precisamente mejor te ayuda a conocerte mejor y en la que, si pones de tu parte obviamente, más disfrutarás el camino hasta la cima.

Siempre va a haver alguna «asignatura» que nos guste más que otra, y siempre la ha habido en el colegio, pues bien, en un futuro seré capaz de especializarme en el conocimiento que más me apasione y gracias a eso puede que me convierta en el arquitecto que quiero ser, y así poder dedicarme en cuerpo y alma a lo que de verdad me apasiona. Con esto no solo consigues disfrutar del final del trayecto, si no que el propio camino no se te hará tedioso. Además, debido a que te especializas en un aspecto, necesitarás de otros especialistas en matérias arquitectónicas que no controles y ellos te necesitarán a ti, y ahí es donde serás capaz de compartir tus conocimientos con nuevas amistades.

Incluso sin la necesidad de ser arquitecto disfrutarás del trayecto y harás grandes amistades. Esto es algo que nos han comentado un poco por encima en este inicio, y es que este estudio te abre las puertas de muchos mundillos, como por ejemplo la posibilidad de ser un profesor. En esta última profesión se nota quien ha disfrutado verdaderamente del proceso de aprendizaje y de quien no, porque quien lo ha hecho de verdad consigue transmitir sus propios pensamientos y conocimientos al alumno, cautivando así su atención y acercándoles también a la posibilidad de disfrutar esta carrera.

Para mi, el arquitecto el cual no ha disfrutado de su proceso de aprendizaje es como un recipiente vacío, alguien que solo será capaz de «copiar y pegar» y que no tendrá verdadera curiosidad y aprecio por sus obras, y lo que si que se y no tengo la menor duda es de que yo no deseo ese futuro para mí.